Existe el cielo. Hoy he abierto la puerta de uno de mis bares y lo he visto. Ambiente cargado, una iluminación casi tan familiar como la de mi propia habitación. Las baldosas que ya puedo dibujar en mi mente sin dificultad. Quizás eche en falta el más famoso -pero desapercibido- de los letreros de oficio. "Hay caldo. Salda dago".
Vamos, hombre. ¿Quién quiere California, joder?
Aterrizaje forzoso
Hace 3 años
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