Después de que en 1966 Dylan cantara que estaba lloviendo desde el principio pero que él se estaba muriendo de sed, todos tendríamos que haber bajado la cabeza y no escribir una sóla palabra más. Pero somos caprichosos, egoístas y demasiado orgullosos. Es hora de recuperar las guitarras.
El año que recién se ha ido, y que tanta nada me deparó, se queda atrás. Púdrete. Este año hasta tengo propósitos. Por primera vez.
Aterrizaje forzoso
Hace 3 años
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