martes, 16 de marzo de 2010

Debes mirarte esas manchas

El restaurante estaba lleno y había un respetable -por la edad- señor gordo que fumaba un auténtico habano. La verdad es que ya no se veían muchos de esos... Cuba y el s.XXI, ya se sabe. A simple vista, eso era todo lo que cabía destacar en el aquel comedor.

En una de las mesas se sentaban Charlie y ella. Diez años juntos, sin hijos y por tanto con dinero. Ella estaba nerviosa.

-En verdad siempre estás nerviosa -gruñó Charlie.

-No estaría tan nerviosa si a la mínima no estuvieras filtreando con todos los culos 15 años menores que el tuyo que te encuentras a lo largo del día -se quejó ella.

-Cariño. No empieces otra vez con eso. Y ahora... feliz aniversario -chocó su copa con la de ella.

-¡Vete al cuerno!

Charlie se levantó y se ausentó durante 10 minutos.

-¿Dónde te habías metido, cerdo cabrón? -gritó casi entre dientes.

Charlie únicamente le miró y después se sirvió otro poco más de vino. Parecia exhausto. Ella seguía hablando.

-¡En mi puta cara! Delante de mis narices estabas viéndote con otra y yo aquí sentada -miró alrededor en todas las direcciones-. ¿Quién es? ¿Dónde está la maldita zorra?

-No montes una escena -rogó él.

-No montaría ninguna escena si no fueras un maldito mentiroso, salido y asqueroso cabrón -dijo dejando su servilleta en la mesa.

Charlie se levantó.

-¿Quieres saber dónde estaba, verdad? -gritaba.

Ella le miró desafiante.

-¡Estaba cagando, maldita sea! ¡Estaba en el jodido cuarto de baño!

Todo el restaurante estaba en silencio pero nadie miraba más allá de su plato de comida.

-Maldito asqueroso... -susurró ella. Estaba abochornada.

-Y ahora ponte el abrigo. Nos vamos.

Charlie pagó y se despidió del maitre rogándole disculpas por el comportamiento de su mujer. En el coche no dijeron una palabra pero ella había aprendido algo aquella noche: al menos de puertas para afuera, era mejor mentiroso y limpio que asqueroso y bienhechor.

jueves, 11 de marzo de 2010

I Want You

Todos se han marchado, los ángeles se han ido a dormir, los diablos a la tele y los demás están haciendo su vida. Solo quedamos algunos hombres buenos. Old young boys diría.

Es jueves y son las 11 de la matina. Habrá que hacer algo...

lunes, 1 de marzo de 2010

Made in Taiwan

Para ser 1995 no iban tan rematadamente mal vestidos. Habían pasado los últimos dos meses bebiendo vodka con zumo de limón natural. Eso era todo lo que compraban: vodka y limones. Ocasionalmente se dejaban invitar a comer por alguien con quien trababan amistad pero la mayoría de veces engullían los bocadillos de fiambre que sobraban al final del día en el bar donde bajaban a comprar tabaco.

Durante el tiempo en que habían convivido habían sido de todo: delincuentes, amantes, buenos, malos, amigos, hermanos... Los recuerdos eran interminables. La vez que robaron chocolatinas para toda la semana en una gasolinera a medianoche o los intentos fallidos de suicidio asistido serían seguro cosas que difícilmente olvidarían.

Sin embargo, tenían que separar sus caminos. Los dos sabían que cuando el vodka grita es momento de volver a casa a una vida corriente por un tiempo y descansar.

Así que allí, en el lugar donde creían haberse encontrado la primera vez, se despidieron dándose un abrazo e intercambiándose sus camisetas como hacían los futbolistas.

-Nos volveremos a ver en el futuro. En alguna red social.

-Claro. Cuídate mucho