Supongo que en esa época yo no tenía mucha más emoción que el fútbol de semana a semana. Allí estaba, intentando hacer algo grande para la nominación al Premio Pecado Capital 2009. Tres ediciones después de ganarlo sentía que ya estaba bien de actuaciones mediocres. Uno nace para lo que decide hacerse.
Por esto, porque teníamos ganas de fiesta y porque la excelencia a veces se impone, estábamos en una final después de 25 años. Y ellos estaban enfrente otra vez. Maradona había casado a su hija con el crack equivocado y puede que ellos estuvieran presentando credenciales más importantes que las nuestros a los libros de la Historia.
Pero la gente era otra cosa. No nos medíamos ante nadie, y eso fue un verdadero gesto de altruísmo de nuestra parte hacia el resto del mundo.
Miércoles 13 de mayo
y no sé en qué parte del mundo estoy.
Pero sí sé que voy de rojiblanco.
¿Dónde están los catalanes? ¿Dónde está el Mediterráneo?
Aterrizaje forzoso
Hace 3 años
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