Ahora también los pijos empiezan a estar enfadados con el mundo. Cancelan sus cuentas de las redes sociales y en un arrebato intentan madurar lo que en 2 años. Para sentirse diferentes se compran algo de lo que viene para esta temporada, cambian de peinado y después recuerdan que tienen un viaje en clase jet-set que pagar a lo largo de esta semana.
Me come los huevos toda esta gente que se sube ahora al tren de la contracultura. Ya en los 60 llenaron Woodstock de indeseables y drogadictos para ahora sacar documentales en cada aniversario importante. "Yo estuve en Woodstock". Nene, tú eres un desgraciado que estuvo allí porque era lo que tocaba aquel finde.
Nosotros, la re-contracultura, somos unos cuantos. No nos disfrazamos para salir a la calle ni mostramos estéticamente que no somos como los demás. Es cuestión de que sentimos así, no de que queramos sentirlo.
Aterrizaje forzoso
Hace 3 años
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